viernes, 2 de agosto de 2013

Cinco preguntas al 'quebrado' Pemex


Ante las pérdidas millonarias en Pemex durante la administración de Enrique Peña Nieto, valdría la pena hacer cinco preguntas
Por Ramón Alberto Garza - Martes 30 de julio de 2013

Antes de cuestionar el por qué de las pérdidas por 49 mil millones de pesos en el segundo trimestre del peñismo en Pemex, valdría la pena hacer cinco preguntas.
Porque si a estas alturas, con los precios del barril de petróleo a 100 dólares, la paraestatal mexicana no es rentable, no queremos imaginar qué pasará cuando el crudo se nivele en 60 o 70 dólares el barril.

PREGUNTA UNO.- ¿Cuánto se les paga a las corporaciones extranjeras como Bechtel, Haliburton y Schlumberger, entre otras, por sus contratos de perforación en tierra y en mar? ¿Qué porcentaje representa eso de la inversión anual total de Pemex?

PREGUNTA DOS.- ¿Podrían darnos el listado de las cinco principales navieras que transportan el crudo mexicano a su destino de venta? ¿Conocemos el nombre de sus accionistas? ¿Son mexicanos o extranjeros?

PREGUNTA TRES.- ¿Podríamos tener el listado de los 10 principales brookers de crudo a los que le vende nuestro petróleo Pemex Internacional? ¿En cuánto se lo vendemos? ¿En cuánto lo venden ellos? ¿En qué países están anclados?

PREGUNTA CUATRO.- ¿Cuánto paga Pemex a las refinerías texanas como Deer Park por la refinación de nuestro crudo para devolverlo como gasolina a México porque dicen que aquí no es negocio refinar? ¿Quiénes son los accionistas de esas refinerías?

PREGUNTA CINCO.- ¿De quién es el negocio de transportar  las gasolinas de las refinerías de Texas a los depósitos regionales de México? ¿Cuántos concesionarios son y cuántas pipas tienen cada uno? ¿Quién elige a esos empresarios o políticos?

Una vez que se respondan estas preguntas podremos saber cómo es que Pemex está convertida en la única petrolera mundial que registra pérdidas multimillonarias con estos precios récord de petróleo.

Una vez que conozcamos el detalle de esos cuestionamientos, sabremos en realidad quiénes son actualmente, sin reforma energética, los que de verdad usufructúan en privado los beneficios de una paraestatal  que se dice “de todos los mexicanos”.

Una vez que nos digan que las pérdidas obedecen a la elevada carga fiscal que Hacienda le impone a Pemex, todavía valdrá la pena conocer las respuestas a las cinco preguntas.

Una vez que los mexicanos seamos capaces de abrir los ojos para entender que nuestro petróleo ya es hoy un negocio privado, entonces demandaremos una reforma energética, pero para rescatar el petróleo para devolverlo a los mexicanos.

Por lo pronto nos conformamos con que el nuevo gobierno explique por qué en el último año del calderonismo se hablaba de sólidas utilidades petroleras y hoy en el primer semestre del peñismo ya pintamos de rojo el balance del oro negro.

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